PROFECÍAS AUTO-CUMPLIDAS

Cuando juzgo a una persona, pocas veces me equivoco…”

Es muy posible que hayas escuchado a alguien cercano a ti decir esto,  pero  … cuando oigas que pronuncian esta frase, huye de ellos como del fuego.  Si no lo haces, estarás dispuesto a que, en cualquier momento, uno de sus muchos otros juicios  recaigan sobre tu persona.

Y si eres tú el que suele pronunciarla, revisa los hechos que hacen que emitas ese tipo de sentencias, porque seguro que encontraras evidencias de que son muchas las veces que te habrás equivocado...
Este tipo de creencias nos limita, en cuanto que, la escasa probabilidad de error que les concedemos nos impide valorar de manera racional su contenido y dan muy poco margen, o ninguno, a la posibilidad de cambio (en este caso de la persona juzgada) y nos cierra los ojos a cualquier evidencia que venga a contradecir a nuestra creencia.

Si en alguna ocasión valoramos que alguien ha faltado a nuestra confianza y a partir de ese momento lo juzgamos como tal, aunque decidamos darle otra oportunidad, estaremos haciéndolo desde la desconfianza, acotando su posibilidad de cambio, y haga lo que haga esa persona, será muy difícil que se modifique nuestra visión sobre ella, puesto que nosotros ya habremos emitido nuestro veredicto y haremos lo posible para que se cumpla para poder decir “no, si ya lo sabía yo que no iba a cambiar…”

De nuevo es la profecía auto-cumplida. Tratamos de forma inconsciente de acomodar los hechos externos a nuestros juicios o creencias para hacer que se cumpla aquello sobre lo que hemos emitido nuestra sentencia.  Cuando nos levantamos por la mañana un lunes y vemos que llueve, nos vaticinamos: 
“hoy va a ser un mal día…” y seguramente así será , aunque  no es un hecho demostrable que los lunes lluviosos sean días horribles para los humanos, no? Pero ya nos encargaremos nosotros mismos de que así sea…
Y cuando vamos a una cena de trabajo que no nos apetece, nos decimos algo parecido a :
 “será la cena más aburrida del año… “ y ni siquiera nos interesamos en conocer a la persona que tenemos al lado , puesto que ya hemos decidido de antemano que no vamos a pasarlo bien, no merece la pena el esfuerzo.
   
Debemos marcarnos retos cada día y ya que parece que este tipo de profecías funcionan, porqué no profetizar en positivo?
Podríamos cambiar nuestros veredictos por:  
“ Hoy va a ser un día genial, voy a conocer a alguien interesante en esta comida de trabajo, aprobaré el examen, me propondrán un proyecto laboral interesante…. “                                                   Lo intentamos?

Tal vez si cuestionamos un poco más nuestras creencias y juicios de valor sobre nosotros mismos y sobre los demás, buscando evidencias , descubramos que estamos equivocados  y reconocer nuestros errores es el principio para poder aprender y ser un poco mejores cada día.


    


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